Preparación de la huerta


Ubicación: Orientada hacia el norte en el hemisferio sur y hacia el sur en el hemisferio norte; en espacio o área bien ventilada y a pleno sol, que no reciba la sombra de árboles ni de construcciones en forma permanente y en lo posible nunca. Que el suelo sea bueno y lo más plano posible y exista disponibilidad de abundante agua para riego.


Diseño: Elegido el lugar donde se tendrá la huerta, es aconsejable hacer previamente un diseño en papel, definiendo las distintas zonas de cultivo (canteros) y los senderos o caminos interiores, que además sirven para delimitar. Si la huerta va ha ser permanente, los senderos principales pueden ser hechos elevados sobre el nivel del terreno con materiales de construcción (ladrillo, piedras, hormigón, etc.) o bien con tierra apisonada. También diseñar, si se quiere y puede, el sistema de riego ubicando en el plano las cañerías principales y secundarias de manera tal que se cubra toda la superficie de plantación.
Protección: Debe construirse una cerca perimetral con una puerta de acceso suficientemente amplia como para pasar una carretilla. El cerco debe ser lo suficientemente alto y fuerte como para evitar la entrada de animales, pero debe dejar pasar el aire y la luz (alambre tejido, reja, etc.). Para evitar la invasión de malezas rastreras circundantes, conviene que tenga, en todo su perímetro, una barrera que sobresalga 15 o 20 cm., la que puede hacerse enterrando parcialmente ladrillos, tejas, baldosas, etc.

Preparación del suelo: Desmalezar y eliminar piedras y basuras. Si está muy seco regar abundantemente y dejar orear 1 o 2 días. La parte más rica del suelo es la superficial (los primeros 20 o 30 cm.), por lo que no es conveniente realizar el clásico punteo dando vuelta la tierra. Proceder así:


Primero conviene aflojar la tierra mediante una pala u horquilla (haya) introduciéndola unos 15 cm. y moviendo hacia adelante y atrás sin dar vuelta la tierra. 2. Cubrir con una capa de abono orgánico (estiércol o humus de lombriz) y mezclar con la tierra removida usando un rastrillo . 3. En un extremo del cantero cavar una zanja de unos 20 cm. de profundidad y 20 a 25 cm. de ancho en todo el largo y colocar cada pan de tierra en el extremo opuesto del cantero. En el fondo de la zanja conviene colocar restos vegetales (hojas, pasto, paja, malezas, etc.). A continuación se abre otra zanja paralela y la tierra que se saca se coloca sobre la primera zanja sin darla vuelta. Se procede de esta manera con toda la superficie y en la última zanja se colocará la tierra que reservamos de la primera. 4. Rastrillar la superficie, desmenuzar los terrones, esparcir abono orgánico (estiércol o humus de lombriz), cubrir con paja o ramas y regar. 5. Dejar tapado y en reposo por 15 a 20 días antes de sembrar, mantener la humedad.

Mantenimiento: Posteriormente a la cosecha, deberá preparar nuevamente el suelo para una nueva siembra, pero ya no será necesario trabajar tanto como la primera vez. Sólo remueva la capa superficial con pala, azada, horquilla, etc. de manera tal que la tierra se esponje; agregue abono y rastrille para mezclarlo, al mismo tiempo elimine raíces grandes y malezas y rompa los terrones. Si va a sembrar semillas en forma directa, conviene mantener la tierra abonada en reposo y con humedad unos 10 días para que el abono se degrade; si va ha trasplantar plantines desde almácigo, puede hacerlo a la semana, y si los plantines son con pan de tierra ( de macetas, bandeja de cultivo, etc.), puede hacerlo de inmediato.

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